La desigualdad de género es una de las principales problemáticas estructurales que afecta la calidad de vida y los niveles de bienestar de miles de personas y hogares en México, y que, según el Tercer breve informe sobre desigualdad de género en México, es una constante histórica.
Desde el Observatorio de Salarios de la IBERO Puebla, dirigido por el Dr. Miguel Calderón Chelius, se llevó a cabo este informe, que evidencia las condiciones económicas y sociales de la desigualdad de género en el contexto nacional y en el estado de Puebla.
En la presentación del informe estuvo presente la Dra. Nadia Castillo Romero, directora del Departamento de Ciencias Sociales, quien remarcó en la incidencia que tiene la IBERO Puebla hacia la erradicación y la investigación de la violencia de género en México. “Este informe tiene como objetivo ser un referente para la creación de políticas públicas que tengan a las personas en el centro”, comentó.
“La desigualdad de género, en todas sus formas y expresiones debe combatirse. Es un problema de carácter estructural que refleja los términos en que están establecidas las relaciones al interior de la sociedad”: Dr. Miguel Calderón Chelius
En palabras de la Lic. Lízbeth Díaz Cruz, corresponsable de la investigación: “La participación de las mujeres en la actividad económica del país se ha dado más en condiciones de explotación que de liberación, porque se han impulsado modelos de empleabilidad precarizados, con salarios dispares, sin prestaciones y en un contexto de inseguridad y violencia hacia las mujeres en el país”.
La desigualdad de género desgarra el tejido social
El primer eje de este informe fue la desigualdad salarial y ocupacional en México y Puebla, donde se encontró que, de 2015 a 2022, el ingreso mensual real ha crecido ligeramente a nivel nacional, pero sigue siendo desigual entre hombres (pasó de 3,570 a 3,864 pesos) y mujeres (2,082 a 2,352 pesos).
En Puebla, tras una tendencia a la baja, el salario para los varones acumula tres años de una recuperación mínima (2,736 a 2,760 pesos); en las mujeres, se mantiene casi constante con pequeñas caídas en el ingreso (1,544 a 1,535 pesos). En cuestión de brecha salarial, mientras que a nivel nacional ha disminuido de forma moderada en los últimos 7 años (del 40 al 37.6%), en el estado ha aumentado al 44%.
También existe una disparidad de género en la ocupación, ya que las áreas que suponen dirección, liderazgo y mando son dominadas por hombres. Por ejemplo, en cargos de profesionistas y técnicos, los varones abarcan el 56%, mientras funcionarios y directivos son el 60.8%.
La carencia de tiempo, otro eje de la investigación, profundizó en la desigualdad de la repartición de tiempo entre hombres y mujeres, donde las labores de cuidado y domésticas que no son remuneradas son más evidentes en la vida de ellas.
En el trabajo no remunerado dedicado al hogar, los hombres trabajan menos de tres horas, pero las mujeres lo hacen alrededor de siete. En total, el tiempo de trabajo diario promedio de los hombres es de cerca de 11 horas y el de las mujeres, de 13 horas.
A esto se suma el factor más crudo de la desigualdad, considerado así por los integrantes del Observatorio, que es la violencia por razón de género. A nivel nacional, el ámbito con mayor prevalencia de violencia hacia las mujeres sigue siendo el de la pareja, a pesar de su disminución de 4.2 puntos porcentuales entre el 2016 y 2021.
Igualmente, las tasas de feminicidios y los homicidios dolosos de mujeres van en aumento: del 2015 al 2021, a nivel nacional, la tasa de homicidios dolosos de mujeres por cada 100,000 mujeres a nivel nacional creció en 58.0%, mientras que en Puebla creció en 12.3%. Por su parte, la tasa de feminicidios a nivel nacional incrementó un 124.1%, mientras que, en Puebla, aumentó un 297.8%.
La desigualdad por orientación sexual e identidad de género (OSIG) fue también un eje en la investigación, donde uno de los principales hallazgos fue la menor incidencia de este grupo en actividades de apoyo y agropecuarias (26.6%), trabajos artesanales (12.2%) y trabajadores industriales y de transporte (8.8%), en comparación a personas de identidad sexogenérica normativa.
La salud emocional también es una muestra de la desigualdad en esta población, pues en el informe se muestra una propensión al suicidio de 26.1% del total de personas con OSIG no normativa, mientras que el 7.9% de personas con OSIG normativa ha tenido ideaciones suicidas.
📰Otras economías son posibles a través del trabajo colaborativo, la transversalización de saberes y la revalorización del trabajo de las mujeres. Eso es lo que académicas y expertas discutieron en el panel Feminismos y economía social y solidaria.
➡https://t.co/ocFTHP3q1e pic.twitter.com/fN8o4uQUHj— IBERO Puebla (@IberoPuebla) March 14, 2023
El rubro con mayor equidad de género presentado en el informe es el educativo, pues cada vez se observan más mujeres en los distintos niveles escolares. Sin embargo, en población de edad avanzada los hombres tienen mayor escolaridad: 65% a nivel nacional y 60% en Puebla.
Finalmente, la estudiante de Derecho, Lucía de Fátima Espadas Rubio, remarcó el compromiso del Observatorio de Salarios IBERO Puebla con la erradicación y denuncia de la desigualdad de género. Desde 2010, este espacio académico ha puesto especial énfasis en los problemas estructurales relacionados con las brechas salariales, mismos que evidencian anualmente en investigaciones e informes.