Por Mariano Serrano
Dicen que cada quien habla de acuerdo va como le va en la feria, y es correcta la apreciación que hace la sabiduría popular, pues, si eres víctima de la delincuencia o los abusos, avientas pestes y reproches, por no decirle amigo lector avientas mentadas.
Y si solo eres espectador, es decir, eres el que alimentas tu morbo de lo que le pasa a la gente en el día a día, que ve todo con cierto grado de humor, sueltas la carcajada y quizá te llegas a sorprender o reflexionar, por lo que vez en la televisión y en los videos que publican en las redes sociales.
¿Pero, en qué momento nos perdimos?
Permítame hacerle una reflexión en esta Notita de Café, déjeme situarlo en el día a día, en dónde, ya es muy normal ver a dos conductores discutiendo por no dar el paso, del día a día del conductor al que le dieron un cerrón, o el que se enojó porque le aventaron lámina, o tal vez, es el día a día en el que vez al motociclista envalentonado, empoderado, valiéndose todo metiéndose entre los carros en una esquina o embotellamiento, o ver a dos choferes de combis o microbuses enfrascados a golpes, partiéndose la cara peleándose el pasaje.
Esto me lleva a la reflexión.
Escuchar al conductor de un prestigiado noticiario de televisión, decir que el hallazgo de un cuerpo sin vida envuelto en bolsas, ya no lo sorprendía, porque era un hecho de todos los días, ya no es normal.
¡Qué cosas no!
¿Será está la nueva normalidad?
Una normalidad que nos pone en un escenario de muertos, baleados, ejecutados, levantados, asaltos, y desaparecidos.
Si usted pensaba que esto era cosa de los cinturones de miseria, las favelas o el Bronx, creo que ya no, ahora solo basta ver o escuchar un noticiero, en el que ahora se escucha un 60 por ciento de información relacionada con hechos de violencia, un 30 por ciento de política y 20 por ciento de temas diversos que terminan pasando desapercibidos.
Será que, esto ya no nos preocupe o nos sorprenda, que hoy, programas de televisión sin contenido sea lo que nos entretenga y se utilicen para distraer el morbo político o la violencia.
¿Será?
Cómo le digo, este es el día a día, en el que cada quién ve las cosas como le ha tocado vivirlas, pues hay quiénes nos darán la razón y otros, nos descalificaran con otros argumentos, pero, este es el día a día, en el que no falta el gandalla chafirete de servicio público que nos aventó la lámina, que nos dio un cerrón, que tiró al pasaje, del ladrón que asalto la micro, del auto dejado en ladrillos, o del Junior que amenaza, que golpea y que se cubre de impunidad por el poder y las influencias que lo rodean.
Pero, no todo es negativo en el día a día, porque, también hay que decirlo, es el día a día del que te dio una palmada, que te impulsó, orientó y te dio el paso, es el día del buen vecino, amigo, compadre o hermano el día del que te dio el saludo sin conocerte o empujó tu auto sin tener obligación.
La intensión de esta Notita de Café es reflexionar sobre el mundo que estamos construyendo para las nuevas generaciones, para nuestros hijos, un mundo en el que no podemos permitir que está nueva normalidad de violencia nos rebase y que, cuando nos demos cuenta, nos preguntemos.
¿En qué momento nos perdimos?